1. Premisa
El propósito de este tema es el de analizar la problemática de la inmigración
y la relativa normativa de referencia, dado que el fenómeno migratore constituye un
problema rilevante y prioritario para todos los países de la Unión Europea y por
lo tanto para Italia, che por su posición geográfica se expone mayormente a los
flujos migratorias, sea como País de inmigración, sea como País de
tránsito.
La inmigración es, de hecho, un problema de vastas proporciones que toca no
solamente el aspecto social y económico sino también el jurídico y de
seguridad.
El tratamiento del fenómeno migratorio encuentra casi todos de acuerdo que éste
puede transformase en un enriquecimiento de la estructura social nacional, encaminada ya
a envejecer siempre más, y del sector económico que podría traer
linfa vital del ingreso de mano de obra productiva. De igual manera, es al mismo tiempo
necesario que los responsables, en los diferentes niveles, de la Seguridad, operen en modo
que estos flujos migratorios lleguen de acuerdo a las reales exigencias y tengan el timbro
de legalidad, interveniendo con determinación y severidad contra toda forma de
clandestinidad y actividades que puedan representar una amenaza para el orden y para la
seguridad nacional y del área Schengen.
2. Dimensiones del fenómeno
El fenómeno de la inmigración ha asumido hoy una importancia tal que constituye
uno de los problemas prioritarios que se imponen prepotentemente a la atención de los
gobiernos de los países UE.
Es así, que en los últimos 6 años, el flujo inmigratorio legal, sin incluir el
clandestino, en los Países UE ha alcanzado niveles muy altos: según
recientes investigaciones Istat, la comunidad de ciudadanos inmigrantes llega a un total
de 17 millones o sea 4.6% de la entera población UE, que registra al mismo
tiempo una general flexión del crecimiento demográfico.
En este marco, el problema asume una importancia preocupante si se considera que la
inmigración clandestina aumenta en modo continuo a causa del surgimiento de
nuevas crisis socio-políticas en los Países del área Meditérranea
y en los Países en vías de desarrollo.
Las mayores preocupaciones están ligadas a las riesgosas repercusiones que el
fenómeno presenta:
- en el plano social, por ocupar espacios, si bien en general en los sectores más
húmildes, en el mercado local de trabajo tratándose de mano de obra a buen mercado;
- en el campo del terrorismo de matriz religiosa, ya que el flujo migratorio proveniente
de los Países norteafricanos representa un potencial vehículo de nuevas
instancias religiosas y alimenta la consistente comunidad musulmana residente en los
Países UE donde tales sentimientos son ya muy difusos;
- en el sector de la criminalidad organizada, ya que la prostitución y el
tráfico de droga ofrecen fuentes de fácil ganancia.
3. Las causas de la inmigración
El análisis de las principales causas del fenómeno lleva a afiramr que ella son
esencialmente ligadas a la continua evolución de los siguientes fenómenos sociales:
- Pobreza. Desde siempre una de las causas más inmeditatas para escoger emigrar una población,
està representada por la pobreza, que continua a aumentar en muchos
Países del Sur del Mediterráneo como efecto combinado de una serie de factores.
- Guerras, conflictos étnicos y religiosos, hostilidades tribales y otras formas de
persecución. Se trata de causas debidas en general a la situación política
de los Países de origen.
- Progresivo deterioramento de las condiciones ambientales. Calamidades naturales, erosión
de los suelos, deforestaciones, falta de recursos hidraúlicos, desertificación e
polución en sus más diversas manifestaciones, hacen poco invitantes áreas
siempre más extensas del planeta, provocando el transferimiento en masa de las poblaciones
a áreas consideradas más seguras.
- Deficit alimentario. La reducción de las áreas cultivables a causa del avance
de la desertificación y de la urbanización tiene como consecuencia un evidente
declino de la producción alimentaria.
- Imponente crecimento demográfico. El aumento exponencial y acelerado de la población
urbana de los Países del Sur del Mediterráneo ha generado ulteriores desequilibiros,
ya que no ha resulaldo compatible con la capacidad de crecimiento del sistema económico y
del sistema social del País.
- Rompimiento del equilibrio entre los llamados "push-pull factors". Rompimiento, es
decir, del equilibrio entre los factores de atracción y los de expulsión, que
tradicionalmente regulan los fenómenos migratorios. Si en el pasado existía una
especie de equilibrio entre los motivos que causan fenómenos de expulsión de
un determinado territorio (por ejemplo, desocupación o crisis económica) y los de
atracción en otro (perspectivas ocupacionales), las nuevas migraciones parecen motivadas
más por factores expulsivos.
- Llegada de nuevas tecnologías. Fenómeno que se ha dimostrado destructivo para
muchos sectores laborativos de tipo tradicional y que ha contribuido a aumentar la
desocupación, golpenado las estructuras procutivas de los Países menos
avanzados, caracterizados del empleo masivo de fuerza de trabajo a bajo costo no especializadas.
4. La perspectiva ocupacional
La principal causa permanece la económica: la perspectiva de un puesto de trabajo, de una
ganancia segura, de un mejoramiento de las condiciones de vida, para sí y la propia
familia, constituye la mayor atracción hacia los Países UE.
Todavía se debe considerar que al inicio un motivo a la inmigración se debió también
y sobretodo a los Países Europeos, carentes de mano de obra, especialmente después de
las dos guerras mundiales, y en particular, la necesaria para los trabajos más humildes
y fatigosos, peligrosos y mal retribuidos, siempre más rechazados por los trabajadores
europeos.
Con el pasar del tiempo, el fenómeno se ha ampliado hasta alcanzar las dimensiones actuales:
los Países europeos - en particular los del Sur a comenzar de Italia - son estados
interesantes para las migraciones de los Países del Sur del Mediterráneo y de
algunos países africanos, así como para las migraciones provenientes de la
ex-Yugoeslavia, Polonia y Rumania.
De notar que la República Checa y Hungría se han vuelto Países de
inmigración.
5. El caso Italia
En este contexto, Italia se encuentra en una situación muy expuesta, también desde
el punto de vista geográfico, por las migraciones de los Países del Sur del
Mediterráneo y del Africa y por los Países del área balcánica. Está
expuesta, además, a las corrientes asiáticas que tratan de alcanzar Europa
Occidental a través del Mediterráneo.
Italia ha sido hasta los primeros decenios después de la guerra (en particular los años
50 y 60) un gran país de emigración, aún más, los italianos
están todavía en las primeras posiciones en las estadísticas de los
emigrantes en los principales países del mundo.
Los problemas de la inmigración se vieron en nuestro País solamente a partir de
los años 80 y se volvieron más visibles a los inicios de los años 90.
Las razones de estos movimientos hacia Italia se deben buscar en los aspectos de atracción
de nuestro País, caracterizados sobretodo a los cambios llegados en Italia en los
sectores productivos y económicos que han comportado una considerable corriente de
mano de obra extranjera tendiente a ocupar los espacios ocupacionales rechazados o no
cubribles por la población nacional, sea por la disminución demográfica,
sea, finalmente, por el rechazos de los jóvenes a hacer trabajos desagradables,
usurantes o de cualquier modo no apreciados.
Los jóvenes italianos, como se sabe, tienden a rechazar o a no buscar ofertas de trabajo
"donde sea y como sea"; recientes investigaciones Istat han puesto en evidencia
como la tendencia ocupacional sea hacia un trabajo bajo casa, con una adecuada retribución.
De aquí el aumento de los flujos migratorios, sobretodo de clandestinos, a la búsqueda
de mejores condiciones de vida.
Otra causa que ha contribuido al aumento de la inmigración, está constituida por las
normas restrictivas adoptadas recientemente por otros Países UE para detener el aumento
de trabajo en negro extranjero, pero sobretodo debido a la recesión económica que
siguió al boom de los decenios pasados.
El flujo de inmigrantes, ahora imponente, no ha sido contrabalanceado en nuestro País de
una correspondiente demanda de mano de obra, por lo cual muchos se han adaptado a
tener que vivir de expedientes, a desarrollar actividades marginles o abusivas, en condiciones
de emarginación social y en habitaciones improvisadas y carentes higiénicamente.
Es propio este "grupo" de clandestinos y de emarginados que se han vuelto el depósito
de reclutamiento, sea para la explotación lavorable, sea para la micro-criminalidad y la
criminalidad organizada autóctona.
A esto se agrega la dificultad de conocer con exactitud el número de inmigrantes presentes
en el territorio nacional con regular permiso de estadía. Las fuentes de información son
diversas y no concuerdan. Más atendible es el Istat que en diciembre 2002 ha contado
1.590.000 inmigrantes con regular permiso de estadía por motivos de trabajo. Esta presencia
se concretiza sobretodo en Italia septentrional (50,4%), seguida de la Italia central (30,5%),
precisamente en las zonas mayormente industrializadas y por lo tanto económicamente más
avanzadas y con mayores oportunidades de trabajo.
Resaltan, de todas maneras, las cifras de Lombardia (19,5%) y Lazio (20%), mientras en el Sur la
presencia es del 11,8% y en las Islas del 7,3%.
Las nacionales mayormente representandas sobre el total son Marruecos, Túnez, Senegal,
Albania, ex-Yugoeslavia.
El carácter de clandestinidad en el cual vive una gran parte de la población
extracomunitaria (desprovista, es decir, de documentos o con documentos no en regla o, todavía,
entradas en el País evitando los controles en la frontera o utilizando documentos falsos)
alimenta el mercado del trabajo negro y favorece el recurso al crimen que, para mcuhos,
representa la única posibilidad de sobrevivencia.
El problema se rivela bajo un doble aspecto: uno, extremamente difundido, especialmente en
las ciudades metropolitanos, de la micro-criminalidad (o criminalidad callejera, caracterizada
de la venta de estupefacientes o de los llamados "reatos predatores - saqueo y robo -)
y los de la presencia de organizaciones criminales constituidas por ciudadanos extracomunitarios.
Es así que han emergido grupos balcános y albaneses capaces de manejar con
eficiencia gran parte del mercado de la droga proveniente de Turquía y de la Europa
Oriental y el de las armas provenientes de los teatros bélicos balcánicos
así como una consistente porción del mercado de la prostitución.
La criminalidad china controla la inmigración clandestina y las actividades típicas
de las comunidades chinas, como restaurantes y lavoración de tejidos y pieles.
La criminalidad norte africana, y en particular la etnica marroquina, es activa en el sector del
tráfico de estupefacientes utilizando a menudo menores para la venta al detalle de la
droga.
Por lo que se refiere a la criminalidad nigeriana, se debe considerar la naturaleza tribal
de su asociacionismo delincuencial que permite su afirmación como etnia africana,
mayormente dedicada a las actividades criminales en lo que se refiere sobretodo a la
venta de estupefacientes y a la prostitución.
La mafia rusa no resulta, en el momento, radicada en Italia, todavía es muy fuerte el
riesgo de inversiones en nuestro País de capitales provenientes de actividades
ilegales perpetradas en su País de origen.
Los carteles colombianas representados interlocutores privilegiados por las organizaciones
mafiosas italianas dedicadas al narcotráfico.
Discurso aparte merece la lucha al terrorismo de matrice integralista que representa,
a la luz de los eventos del 11 de septiembre 2001, la mayor amenaza para la estabilidad
y la seguridad no solo en Italia, sino tambié en todos los Países UE,
considerando que las asociaciones terroristicas, si bien activas prevalentemente en sus
Países de origen, disponen de ramificaciones de carácter operativo, logístico,
propagandístico y financiero a ambos lados del Mediterráneo.
6. Consideraciones finales
El fenómeno migratorio, para ser reconducido a dimensiones no exasperadas, necesita,
de acuerdo a la normativa existente, una efectiva intensifación de las actividades
de control y de contrasto a la inmigración ilegal y del tráfico de
clandestinos.
Sería todavía ilusorio pensar de bloquear o limitar en modo permanente el
fenómeno solo con instrumentos de tipo represivo. Ya que el fenómeno ha una valencia
internacional, son, de hecho, necesarias políticas comunes y complementarios por parte
de los Países UE y de los mismos Países de emigrantes, con el fin de:
- programar los ingresos legales de acuerdo a cuotas establecidas anualmente, cuando establecidas;
- contrastar eficazmente la inmigración clandestina y la explotación criminal de
los flujos migratorios, agrupando las actividades de policía entre los varios Países UE;
- suministrar mayor y ayuda más concreta al iter de integración para los
inmigrantes regularmente en el país, con un espiritú de cultura de integración;
- programar planos de desarrollo social y económico en los Países de origen de los
inmigrantes en modo de suministrarles oportunidades de trabajo;
- solicitar acuerdos de readmisión con los Países de proveniencia, en el espacio
de un diálogo Euro-Mediterráneo;
- asegurar inversiones de capital de los Países industrializados en los Países en
vía de desarrollo con sobre abundancia de población, con la creación de
actividades económicas que den trabajo localmente (superando las críticas/acusas
de neo-colonialismo o de obstáculo al libre desarrollo local).
El control del fenómeno migratorio, en síntesis, necesita una eficaz política
preventiva que debe apuntar a hacer "renacer la esperenza" en el Estado de proveniencia;
esperanza de poder superar la mísera situación económica y social, no
ser víctima de persecuciones o descriminaciones, no ver su vida en peligro, tener
la posibilidad de un futuro, en general, mejor.
Al mismo tiempo, una eficaz política de contención debe ser centrada en un
recepción cuantitativamente sostenible e internacionalmente acordada y en una represión
de la inmigración clandestina actuada en acuerdo con el País de proveniencia.
Traducción de MONDO LATINO
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1. Premessa
Lo scopo di questo tema è quello di analizzare la problematica dell'immigrazione e la relativa
normativa di riferimento, atteso che il fenomeno migratorio costituisce un problema
rilevante e prioritario per tutti i Paesi dell'Unione Europea e quindi per l'Italia, che
per la sua posizione geografica, è maggiormente esposta ai flussi migratori, sia come Paese
di immigrazione, sia come Paese di transito.
Quello dell'immigrazione è, infatti, un problema di vasta portata che investe non solo
l'aspetto sociale ed economico ma anche quello giuridico e della sicurezza.
L'approccio al fenomeno migratorio trova quasi tutti d'accordo nell'assunto che esso può
trasformarsi in un arricchimento della struttura sociale nazionale, ormai avviata ad
invecchiare sempre di più, e del settore economico che potrebbe trarre linfa vitale
dall'immissione di manodopera produttiva. Di pari passo, è al contempo necessario che i
responsabili, ai vari livelli, della Sicurezza operino perché questi flussi migratori
avvengano nell'alveo delle reali esigenze ed abbiano il crisma della legalità, intervenendo
con determinatezza e severità contro ogni forma di clandestinità ed attività che possano
rappresentare una minaccia per l'ordine e per la sicurezza nazionale e dell'area Schengen.
2. Dimensioni del fenomeno
Il fenomeno dell'immigrazione ha assunto oggi una rilevanza tale da costituire uno dei
prioritari problemi che si impongono prepotentemente all'attenzione dei governi dei Paesi
dell'UE.
Negli ultimi 6 anni, infatti, il flusso immigratorio legale, per non parlare di quello
clandestino, nei Paesi dell'UE ha raggiunto livelli molto alti: secondo recenti indagini
Istat la comunità di cittadini immigrati ammonta ad un totale di 17 milioni pari al 4,6 %
dell'intera popolazione dell'UE, che registra in contemporanea la generale flessione della
crescita demografica.
In tale quadro il problema assume una rilevanza preoccupante se si considera che
l'immigrazione clandestina è andata sempre più lievitando a causa del sorgere di nuove
crisi socio-politiche in Paesi dell'area del Mediterraneo e in Paesi in via di sviluppo.
Le preoccupazioni maggiori sono legate alle rischiose ripercussioni che il fenomeno presenta:
- sul piano sociale, in quanto occupa spazi, seppure generalmente nei settori più umili,
nel mercato del lavoro locale trattandosi di manodopera a buon mercato;
- nel campo del terrorismo di matrice religiosa, poiché il flusso migratorio proveniente
dai Paesi nordafricani rappresenta un potenziale veicolo di nuove istanze religiose ed
alimenta la consistente comunità musulmana residente nei Paesi dell'UE dove tali sentimenti
sono già molto diffusi;
- nel settore della criminalità organizzata, in quanto la prostituzione ed il traffico di
droga offrono fonti di facile guadagno.
3. Le cause dell' immigrazione
L'analisi delle principali cause del fenomeno porta ad affermare che esse sono essenzialmente legate alla continua evoluzione dei seguenti fenomeni sociali:
- Povertà. Da sempre una delle cause più immediate per la scelta migratoria di una
popolazione è rappresentata dalla povertà, che continua ad aumentare in molti Paesi del Sud
del Mediterraneo come effetto combinato di una serie di fattori.
- Guerre, conflitti etnici e religiosi, ostilità tribali ed altre forme di persecuzione.
Si tratta di cause ascrivibili in generale alla situazione politica dei Paesi d'origine.
- Progressivo deterioramento delle condizioni ambientali. Calamità naturali, erosione dei
suoli, deforestazioni, mancanza di risorse idriche, desertificazione e inquinamento nelle
sue più varie manifestazioni rendono poco invitanti aree sempre più estese del pianeta,
provocando il trasferimento in massa delle popolazioni in aree ritenute più sicure.
- Deficit alimentare. La riduzione delle aree coltivabili a causa dello sviluppo della
desertificazione e dell'urbanizzazione ha come conseguenza un evidente declino della
produzione alimentare.
- Imponente crescita demografica. L'aumento esponenziale ed accelerato della popolazione
urbana dei Paesi del Sud del Mediterraneo ha generato ulteriori squilibri, in quanto non è
risultato compatibile con la capacità di crescita del sistema economico e del sistema
sociale del Paese.
- Rottura dell'equilibrio tra i cosiddetti "push-pull factors". Rottura cioè
dell'equilibrio tra i fattori attrattivi e quelli espulsivi, che tradizionalmente regolano
i fenomeni migratori. Se nel passato esisteva una sorta di bilanciamento tra i motivi che
causano fenomeni di espulsione da un determinato territorio (ad esempio, disoccupazione o
crisi economica) e quelli di attrazione in un altro (prospettive occupazionali), le nuove
migrazioni sembrano motivate per lo più dal fattore espulsivo.
- Avvento di nuove tecnologie. Fenomeno che si è dimostrato distruttivo per molti settori
lavorativi di tipo tradizionale e che ha contribuito ad accrescere la disoccupazione,
colpendo le strutture produttive dei Paesi meno avanzati, caratterizzati dall'impiego
massiccio di forze lavoro a basso costo non specializzate.
4. La prospettiva occupazionale
La principale causa rimane quella economica: la prospettiva di un posto di lavoro, di un
guadagno sicuro, di un miglioramento delle condizioni di vita, per sé e per la propria
famiglia, costituisce la maggior attrattiva verso i Paesi dell'Europa Occidentale.
Bisogna tuttavia considerare che agli inizi una spinta alla immigrazione è provenuta anche e
soprattutto dai Paesi Europei, carenti di mano d'opera, specialmente dopo i due conflitti
mondiali, e in particolare di quella necessaria per i lavori più umili e faticosi,
pericolosi e mal retribuiti sempre più disertati dai lavoratori europei.
Con il passare del tempo il fenomeno si è ampliato sino a raggiungere le dimensioni attuali:
i Paesi europei - in particolare quelli del sud a cominciare dall'Italia - sono stati
interessati dalle migrazioni dei Paesi della sponda Sud del Mediterraneo e da alcuni paesi
africani, nonché dalle migrazioni provenienti dall'ex Jugoslavia, dalla Polonia e dalla
Romania.
Da rilevare che la Repubblica Ceca e l'Ungheria sono diventati Paesi di immigrazione.
5. Il caso Italia
In questo contesto, l'Italia viene a trovarsi in una situazione molto esposta, anche dal
punto di vista geografico, per le migrazioni dai Paesi della sponda sud del Mediterraneo e
dell'Africa e per quelle dai Paesi dell'area balcanica. È esposta altresì
a quelle correnti asiatiche che cercano di raggiungere l'Europa
Occidentale attraverso il Mediterraneo.
L'Italia è stata fino ai primi decenni dell'ultimo dopoguerra (in particolare negli anni '50
e '60) un grande paese di emigrazione, anzi gli Italiani sono tuttora nelle prime posizioni
nelle statistiche degli immigrati dei principali paesi del mondo.
I problemi dell'immigrazione si sono posti nel nostro Paese solo a partire dagli anni '80 e
sono diventati visibili agli inizi degli anni '90.
Le ragioni di questi movimenti verso l'Italia sono da ricercare negli aspetti attrattivi del
nostro Paese caratterizzati innanzi tutto dai mutamenti avvenuti nel nostro Paese nei
settori produttivi ed economici che hanno comportato una considerevole corrente di
manovalanza straniera tendente a riempire gli spazi occupazionali rifiutati o non copribili
dalla popolazione nazionale, sia per il calo demografico, sia per il suo invecchiamento e
la relativa diminuzione della forza lavoro, sia, infine, per il rifiuto dei giovani ad
esplicare lavori sgradevoli, logoranti o comunque non graditi.
I giovani italiani, com'è noto, tendono a rifiutare o a non rincorrere offerte di lavoro
"ovunque e comunque", tant'è che recenti indagini Istat hanno messo in evidenza come la
tendenza occupazionale sia verso un lavoro sotto casa, con un'adeguata retribuzione.
Da qui l'aumento dei flussi migratori, soprattutto di clandestini, alla ricerca di migliori
condizioni di vita.
Un'altra causa che ha contribuito all'aumento dell'immigrazione è costituita dalle norme
restrittive adottate di recente da altri Paesi dell'UE per arginare appunto il dilagare del
lavoro nero straniero ma dovuto soprattutto alla recessione economica seguita al boom dei
decenni passati.
L'afflusso di immigrati, ormai imponente, non è stato controbilanciato nel nostro Paese da
una corrispondente richiesta di manodopera, per cui molti soggetti si sono adattati a dover
vivere di espedienti a svolgere attività marginali o abusive, in condizioni di emarginazione
sociale e in luoghi di dimora improvvisati ed igienicamente carenti.
È proprio questo "bacino" di clandestini e di emarginati che è divenuto il serbatoio
di reclutamento sia per lo sfruttamento lavorativo, sia per la micro-criminalità e la
criminalità organizzata autoctona.
A ciò si aggiunge la difficoltà di conoscere con esattezza il numero di immigrati presenti
sul territorio nazionale con regolare permesso di soggiorno. Le fonti d'informazione sono
diverse e non concordanti. Più attendibile è l'Istat che a dicembre del 2002 ha contato
1.590.000 immigrati con il permesso regolare di soggiorno per motivi di lavoro. Questa
presenza si concretizza per lo più nell'Italia settentrionale (50,4%), seguita dall'Italia
centrale (30,5%), precisamente nelle zone maggiormente industrializzate e quindi
economicamente più avanzate e con maggiore opportunità di lavoro.
Spiccano comunque le cifre della Lombardia (19,5%) e del Lazio (20%), mentre al Sud la
presenza è del 11,8% e nelle Isole del 7,3%.
La nazionalità maggiormente rappresentata è nel complesso quella del Marocco, della Tunisia,
del Senegal, dell' Albania, dell'ex Jugoslavia.
Il carattere di clandestinità nel quale vive una gran parte della popolazione
extracomunitaria (sprovvista cioè di documenti o con i documenti non in regola o ancora
entrata in un Paese sottraendosi ai controlli presso le frontiere o utilizzando documenti
falsi) alimenta il mercato del lavoro nero e favorisce il ricorso al crimine che, per molti,
rappresenta l'unica possibilità di sopravvivenza.
Il problema si rileva sotto un duplice aspetto: quello estremamente diffuso, specialmente
nelle città metropolitane, della micro-criminalità (o criminalità diffusa o da strada,
caratterizzata dallo spaccio di stupefacenti e dai cosiddetti "reati predatori" - rapine e
furti -) e quello della presenza di organizzazioni criminali di matrice straniera.
Con il secondo termine si vuol fare riferimento ai gruppi criminali costituiti da cittadini
extracomunitari. Sono così emersi gruppi balcanici ed albanesi capaci di gestire con
efficienza gran parte del mercato della droga proveniente dalla Turchia e dall'Est Europa e
quello delle armi proveniente dai teatri bellici balcanici nonché una consistente porzione
del mercato della prostituzione.
La criminalità cinese controlla l'immigrazione clandestina e le attività tipiche delle
comunità cinesi, quali la ristorazione e la lavorazione dei tessuti e del pellame.
La criminalità nord africana e più in particolare quella di etnia marocchina è attiva nel
settore del traffico di stupefacenti con l'impiego molto spesso dei minori per la vendita
al dettaglio della droga.
Per quanto attiene alla criminalità nigeriana, è da considerare che la natura tribale del
loro associazionismo delinquenziale permette la loro affermazione quale etnia africana
maggiormente dedita ai traffici criminali in ordine soprattutto allo spaccio di
stupefacenti e alla prostituzione.
La mafia russa non risulta, allo stato, essere radicata in Italia, tuttavia molto forte è
il rischio di investimenti nel nostro Paese di capitali di provenienza da attività illecite
perpetrate nel loro Paese di origine.
I cartelli colombiani rappresentano gli interlocutori privilegiati delle organizzazioni
mafiose italiane dedite al narcotraffico.
Discorso a sé stante merita la lotta al terrorismo di matrice integralista che rappresenta,
anche alla luce degli avvenimenti dell'11 settembre del 2001, la maggiore minaccia per la
stabilità e la sicurezza non solo in Italia, ma anche per tutti i Paesi dell' UE, nella
considerazione che i sodalizi terroristici, pur agendo prevalentemente nei Paesi di
origine, dispongono di ramificazioni di carattere operativo, logistico, propagandistico e
finanziario su entrambe le sponde del Mediterraneo.
6. Considerazioni conclusive
Il fenomeno migratorio, per essere ricondotto a dimensioni non esasperate, richiede, in
attuazione della recente normativa poco prima tratteggiata, una effettiva intensificazione
dell'attività di controllo e di contrasto dell'immigrazione illegale e dei traffici di
clandestini.
Sarebbe tuttavia illusorio pensare di bloccare o limitare in via permanente il fenomeno solo
con strumenti di tipo repressivo. Poiché il fenomeno ha una valenza internazionale, sono,
infatti, necessarie politiche comuni e complementari da parte dei Paesi della UE e degli
stessi Paesi di emigrazione finalizzate a:
- programmare gli ingressi legali nell'ambito delle quote stabilite annualmente, quando definite;
- contrastare efficacemente l'immigrazione clandestina e lo sfruttamento criminale dei
flussi migratori, raccordando le attività di polizia tra i vari Paesi dell' UE;
- fornire maggiore e più concreto sostegno ai percorsi di integrazione per gli
immigrati regolarmente soggiornanti, in uno spirito di cultura dell'integrazione;
- programmare piani di sviluppo sociale ed economico nei Paesi di origine degli immigrati
in modo da fornire loro opportunità di lavoro;
- sollecitare intese di riammissione con i paesi di provenienza, nell'ambito di un dialogo Euro-Mediterraneo;
- assicurare investimenti di capitali dei Paesi industrializzati in quelli in via di
sviluppo con sovrabbondanza di popolazione, con l'avvio di attività economiche che diano
lavoro sul posto (superando le critiche/accuse di neo-colonialismo o di intralcio al libero
sviluppo locale).
Il controllo del fenomeno migratorio, in sintesi, richiede una efficace politica preventiva
che deve puntare a far " rinascere la speranza" nello Stato di partenza; speranza di
potersi affrancare dalle misere situazioni economiche e sociali, di non essere vittima di
persecuzioni o discriminazioni, di non vedersi in pericolo di vita, di avere la possibilità
di un futuro complessivamente migliore.
Nel contempo, una efficace politica di contenimento deve essere incentrata su una
accoglienza quantitativamente sostenibile ed internazionalmente concordata e su una
repressione dell' immigrazione clandestina attuata d'intesa con lo Stato di partenza.
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